miércoles, 29 de mayo de 2013

Andanza n. 91. EL ABUELO LUIS

Mi abuelo Luis fue el último militar de una estirpe de altos mandos, de los que tenían chófer con gorra de plato y guantes blancos. El, sin embargo, nunca quiso responsabilidades, quizás porque dos de sus tíos murieron de forma salvaje siendo casi niños en África. Su familia era malagueña, pero por las circunstancias de la vida militar, él nació en Badajoz. Ese mismo azar fue el que propició que sus hijos nacieran en tres localidades diferentes, Barcelona, Vilanova i la Geltrú y Granollers. Y el destino quiso que se casara con una mujer de belleza etérea, de tez blanquísima, ojos azules y pelo rubio cobrizo. Vamos, una muñeca para su época, yo sólo he heredado una palidez que me mortifica porque no está de moda, con lo exótica que quedaría con los ojos azules, jeje… Mi abuela Teresa venía de familia de artistas, pintores de l´Alt Empordà de cierto prestigio, de hecho, TODOS lo hombres de mi familia por parte de madre son grandes dibujantes (alguno incluso se dedica a ello profesionalmente) y las mujeres una nulidad en este aspecto, yo por ejemplo, dibujo igual un perro que una patata, es que lo mio es el arte abstracto ;-) Bien, pues como iba diciendo, mi abuelo y mi abuela no podían ser más diferentes. Teresa tuvo la oposición frontal de su familia y se fue apartando poco a poco de ellos. No sé qué vida llevó aquel ángel pero murió con 30 años después de haber parido seis hijos o sea que me puedo hacer una composición de lugar. El abuelo Luis se volvió a casar enseguida con una viuda con tres hijos que era la antítesis de mi abuela y, en casa, llevaba a su marido en vereda. Maña, pero criada desde muy pequeña en Santa Eulàlia de Ronçana, llegó a ser más catalana que los propios catalanes (mi amigo Alfonso decía que los “peligrosos” no eran los Martorell o Collell, jeje, qué razón tenía…) Mi abuelo Luis tenía estudios, como dice mi madre, pero no pudo ejercer nunca de maestro porque su carácter le podía. Baste decir que un compañero del cuartel, cuando quería castigar a su hijo, llamaba a mi abuelo y éste se sacaba el cinturón y le pegaba una buena zurra al hijo del vecino, no sé realmente cuál de los dos era peor… Aparte de esto, mi abuelo era un hombre guapísimo, alto, moreno, bien plantado, que siempre iba delante en todos los desfiles. Mi madre dice que mi primo Bernard ha salido al abuelo, se le llena la boca cuando cuenta esto. Un personaje el abuelo, seguidor acérrimo de Manolete y amante de la buena vida, no me lo imagino contándole cuentos a los nietos… Murió ya mayor y, según dicen, sin una cana. Genio y figura

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