miércoles, 10 de abril de 2013

ANDANZA N. 103. MAX

Uno de los personajes más geniales que he conocido tiene pico y plumas. Se llama Max y es un loro, bueno, una loro. Ella era la figura estelar de la floristería donde yo iba cada semana a comprar. La primera vez.que le vi me acerqué a la jaula (ya sabéis que tengo querencia hacia los animales de cuatro patas o plumas) y Max me observó. Le metí el dedo entre los barrotes a pesar de que me habían advertido que a veces lanzaba picotazos. Max me dio una especie de besito y ladeó la cabeza para que la acariciara. Este fue el principio de una tierna relación.
Si me veia pasar por la calle me gritaba: ¡¡¡guapa!!! ¡¡¡Guapa!!! Y me obligaba a entrar en la tienda a rascarle la espalda. Otra de sus habilidades era silbar a cualquier ejemplar.del género masculino que pasara por delante de la puerta. Como Max quedaba un poco.escondida, la pobre chica que estaba en la tienda pasó más de un sofoco porque los señores pensaban que la que les tiraba los tejos era ella...
Imitaba a la perfección el sonido del teléfono (qué locura) y sí le decias Max guapa, te soltaba:¡¡¡ y tu más!!! Una tarde fui con mi amiga Silvia y su hijo Enric a verla, para que comprobaran las habilidades de Max. Ese día cerraban el establecimiento por vacaciones y la loro estaba un poco nerviosa. No quiso hablar en todo el rato y Enric quedó un poco.decepcionado. Ya nos íbamos cuando el chico estornudó y Max le imitó a la perfección. Jeje, con esta exhibición, Enric se dio por satisfecho. El.día que Max conoció a Pere lo puso a prueba: le dio un picotazo de órdago, pero como este aguantó estoicamente, Max decidió que habia pasado la prueba y le empezó a dedicar cariñitos y besitos, relegándome.a un segundo plano a mi, que habia sido la reina!!! Ohhhhh, qué mala es la envidia....

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