Mi mamá me dice que a las personas importantes se les debe tratar de "señor" y de usted. Pero yo no entiendo algo: a las personas que más quiero y me quieren les digo abuela o Ana, por ejemplo, y para mí son muy importantes. A mis amigos les llamo por el nombre, y por eso lo hago contigo. Yo sé que mis amigos son las personas que me ayudan; todo el mundo lo necesita, y más si eres un Asperger como yo.
Mamá me contó que Bill Gates o Einstein también lo eran, pero eso no quita que lo pase muy mal a veces. En general la gente no me entiende, ni yo tampoco los entiendo a ellos. Mamá me dijo que te conoció hace muchos años, y que ella recuerda de ti ya esa firme decisión tuya de decir las cosas tal como te nacen de dentro. Yo también soy así, ¿sabes? No sé mentir. Siempre digo lo que pienso, pero como soy pequeño a veces paso por un maleducado. Me cuentan que hay normas sociales y de convivencia; yo nunca haré daño a nadie, al contrario, pero hay cosas que son tan sencillas de entender que no sé cómo los neurotípicos se enfadan si las digo o hago.
También me explica mamá que eres un luchador, que no escondes nada y que esta voluntad firme te ha hecho llegar a donde estás. A mí, una gran fuerza de voluntad no creo que me lleve demasiado lejos; como mucho, me ayudará a ser casi autónomo. Hoy por hoy, necesito un entrenador personal en casa porque tengo trece años pero todavía me hago un lío con la ropa, no sé ducharme ni lavarme bien las manos. Me cuesta y me enfado porque no sé hacer lo que hacen los demás chicos. No puedo ir solo a la escuela y tengo una canguro, y tengo que ir a ver a gente que me hace muchas preguntas. Sé que tú ayudaste a mamá para que pudiera descansar aunque sea esta hora que viene mi entrenador. Por eso, cuando te veo por la calle, me entra alegría y te llamo por tu nombre, porque no sé muy bien que hiciste, pero sé que me ayudaste. Y estoy orgulloso de tener un amigo como tú, que siempre es el mismo.
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