jueves, 18 de abril de 2013

ANDANZA N. 115. UN MUNDO SIN TI

Fue uno de mis primeros compañeros de trabajo, y uno de los seres más especiales que he conocido por distintos motivos. El día que llegué a mi primer destino laboral, llovía, y yo iba vestida con una gabardina, falda sastre y un paraguas enorme. El fue la primera persona que vi ese sábado gris. Años después me confesaría que le recordé a Mary Poppins, hoy quizás me encontraría más semejanza a la loca María…
Era una persona a la que rodeaba un cierto halo de misterio, bohemio, siempre venía encima de su moto… El día que almorzaba en su casa (pocas veces xDDD) me llevaba de paquete hasta plaça Catalunya. A mi me enloquecía bajar Passeig de Sant Joan a una velocidad que no era estratosférica, pero que para mi escasa experiencia en aventuras era lo más. Un día me llevó a su casa, un piso pequeño en una calle estrecha del Raval. Una vivienda muy a su aire. Lo que llenaba más aquel ambiente era un piano de cola.
Mi compañero era un genio. Tu cantabas (o desafinabas) una melodía y él te seguía. Qué talento, qué lástima que estén tan poco reconocidos. Por cierto, hablando del tema de música, el invento que revolucionó su vida fue el karaoke porque de la misma forma que tenía un talento innato para el piano, era incapaz de aprenderse una sola letra de una canción y se sentía muy feliz cuando se lo ponían tan fácil, incluso me hizo cantar en uno de estos sitios. Cuando oí que el presentador decía nuestros nombres (él lo hizo de escondidas porque como ya sabéis, tengo un gran sentido del ridículo) casi lo fulmino con la mirada. Tuve que salir, eligió un bolero y parecíamos dos novios enfadados, mejor dicho, una novia enfurecida y un novio medio arrepentido medio divertido.
 A veces, en algunos días medianamente tranquilos, nos sentábamos frente a frente en el trabajo, cada uno con sus papeles, pero de repente, el clavaba sus ojos negros en mi y susurraba: Ne me quitte pas… Un calambrazo me recorría la columna vertebral porque mi instinto de felino me decía que había algo más tras esas palabras. Ne me quitte pas… ¿Por qué? Ne me quitte pas, mi instinto no me falló. Nunca te he olvidado ni te olvidaré, aunque hagas lo que hagas, aunque fueras otras cosas, aunque fueras lo que fueras. Ayyyy, esto también es un bolero…

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